A sus 35 años, Alex trabaja probando los nuevos juegos de la empresa Brainasium. Es el más veterano entre sus compañeros, pero también es el mejor. Cuando le echan de su apartamento por impago (su compañero se ha gastado el dinero del alquiler en los “masajes terapéuticos” de Madame Wu’s Filipino Palace), Alex intenta instalarse en casa de su “camello”, pero éste se ha comprado un “león guardián” y no puede alojarle. Finalmente no le quedará más remedio que instalarse en casa de su adorable y encantadora abuela y sus octogenarias amigas. A sus compañeros de curro les hace creer que vive con tres jovencitas que están buenísimas para que no descubran la “vergonzosa” verdad. Pero las “abuelitas” son de armas tomar, y acabarán metidas en todas las juergas de Alex, en las que se mezclan alcohol, karaoke, hierba, un hechicero vudú, un mono karateka, tías buenas a porrillo y gamberradas para todos los gustos.
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