"Sed buenos, si podéis" se ha convertido en una proverbial expresión de San Felipe Neri. El santo de la alegría, el juglar de Dios, el segundo apóstol de Roma, "Pippo el Bueno" nació en Florencia en 1515 y vivió más de 60 años en Roma. Mientras tenía lugar el Concilio de Trento, que llevó a cabo la Contrarreforma, San Felipe formaba a los jóvenes con ternura e ironía acercándolos a la liturgia y logrando que se divirtiesen cantando y jugando en un lugar que más adelante se convertiría en el Oratorio, congregación reconocida por el Papa Gregorio XIII (1575). San Felipe Neri fue amigo de San Ignacio de Loyola y del cardenal Carlos Borromeo. Cuando a él se le preguntó si quería ser nombrado cardenal, sin dilación contestó: "Prefiero el Paraíso". Fue proclamado santo en el año 1622.
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